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La impresión de comida 3D se hace realidad

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La impresión de comida 3D se hace realidad

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La evolución de la impresión 3D es un hecho. Se ha convertido en presente desterrando la idea de que serían nuestros hijos o nietos los que, finalmente, podrían disfrutar de sus beneficios. Como cualquier innovación tecnológica exige de un proceso de aceptación por parte del usuario final, si bien su potencial y alcance ya se ha notado en distintos sectores económicos como la industria, la construcción o la sanidad.

Actualmente podemos ver como la impresión 3D ha revolucionado el mundo de la medicina a través de implantes, prótesis o medicinas impresas en 3D, se diseñan e imprimen instrumentos musicales, e incluso se producen o fabrican coches y edificios con esta tecnología. Curiosamente, es el sector de la gastronomía donde la impresión 3D aún tiene un largo camino por recorrer. Convencer a los comensales de que los platos que van a degustar no son creación de un chef de prestigio, sino de una máquina programada se percibe como el mayor handicap para que la impresión de comida 3D entre en las cocinas de los restaurantes españoles.

Foodini, la primera impresora 3D que cocina y diseña alimentos 

Fue en el Mobile World Congress de 2016, el mayor escaparate tecnológico del mundo, cuando los catalanes Natural Machines mostraban, una vez más, su prototipo de impresora de comida 3D. Foodini, nombre de la máquina, se presentó ante el público como un microondas enorme con pantalla táctil. El público, mediante una interfaz de comandos, podía seleccionar desde la forma de impresión del plato hasta los ingredientes que ocuparían cada parte de la comida impresa en 3D.

La impresora 3D se asemeja a la tecnología de una máquina Nespresso, incorporando en cada una de las cápsulas de uno a cinco ingredientes. Los distintos cilindros de acero inoxidable están marcados por un microchip que asegura el correcto posicionamiento e identificación por parte del sistema. Una vez los ingredientes se introducen dentro de las cápsulas, el usuario solo tiene que seleccionar la forma en la que quiere que se imprima el plato. Por ejemplo, si nos apetece una pizza pero queremos degustarla en forma de helado no hay problema. Lo único que hay que hacer es descargar una imagen de internet y el resto lo hará la impresora 3D Foodini.

 

Foto: Expansión

Foto: Expansión

 

Imprime pasta, hamburguesas, patatas fritas o galletas 

En cuanto a los ingredientes, estos deben poder triturarse para incorporar a las cápsulas. Pasta como raviolis, espaguetis o ñoquis, hamburguesas de carne o verdura, nuggets de pollo, pizzas, patatas fritas o galletas son algunos d ellos alimentos que ya han sido impresos en 3D. Además, la impresora de comida 3D Foodini incorpora un escáner mediante el cual replicar objetos existentes como el chocolate, o decorar comida ya cocinada.

La implantación en España de la impresión de comida 3D dependerá, en gran medida, de las reticencias de los usuarios y empresarios del sector a aceptar este tipo de tecnologías. Cada unidad de la impresora Foodini ronda los 1.000€ si bien su comercialización habitual es en grandes pedidos de más de 300 unidades.

1 Comentario
  • Esperanza roman nieto

    Quisiera información para alquilar impresora de alimentos (curso de cocina)

    29 Ago, 2019 en 14:21 Responder

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