Kaiba Gionfriddo nació prematuramente en 2011. Después de 8 meses, el desarrollo de sus pulmones era preocupante, aunque fué dado de alta porqué su respiración era normal. Seis semanas más tarde, Kaiba dejó de respirar y se puso azul. Se le diagnosticó traqueobroncomalacia, que significa que su tráquea era demasiado débil y colapsó. Se le practicó una traqueotomía y se le conectó un respirador – el tratamiento en medicina convencional. Aun así, Kaiba dejaba de respirar casi a diario. Su corazón también se paraba. Entonces, sus médicos imprimieron en 3D un dispositivo bioreabsorbible que al momento ayudó a Kaiba a respirar. Este caso está considerado el primer ejemplo de cómo la impresión 3D customizada está transformando la sanidad que conocíamos hasta ahora.